Esta tarde del 11 de marzo, la comisión que nombró el Consejo Superior Universitario (CSU) para negociar con los ocupantes del campus llegó hasta el portón principal de la UES para conversar con los ocupantes, pero éstos no aceptan los términos del acuerdo .
En la noche, luego de la llegada de periodistas al lugar y de la Procuradora Adjunta de los Derechos Humanos para la niñez y la adolescencia, Leonor Arteaga, llegaron también miembros de la Iglesia Luterana.
Encendieron velas, mientras los periodistas encendían cigarrillos, en medio de la tensión que se vivió por unos momentos. Se especulaba que luego de rechazar las propuesta de la Comisión de diálogo, la policía podría desalojar a los estudiantes apostados atrás de los portones de acceso.
A las 8 de la noche sólo quedaban los reverendos de la Iglesia Luterana, algunos estudiantes, dentro y fuera de la Universidad, a favor y en contra de las acciones.
El Reverendo Héctor Echeverría dió su postura y aunque no justifica el cierre, manifiesta una posición solidaria con los ocupantes.
Pero el Rector dice que la solución del problema está en manos de las autoridades de seguridad pública correspondientes.
Por el momento el campus sigue cerrado y las autoridades universitarias lamentan las pérdidas que diariamente genera la ocupación a la UES, que en una semana ya ronda el millón de dólares.
Algunos miembros del CSU han pedido que se deduzcan responsabilidades por los daños ocasionados a la infraestructura del campus central de la universidad y por su parte los manifestantes piden que se retire la demanda ante la Fiscalía General de la República.
Hoy inició la cuenta de la segunda semana del cierre de las instalaciones. Las organizaciones estudiantiles que piden se abran los portones llegarán como todos los días, dijeron, para "manifestar su derecho a la educación".