viernes, 21 de septiembre de 2007

Lecciones para tomar en cuenta

Licenciado Jorge Alberto Aranda
Docente de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales
Universidad de El Salvador


Sin duda, que las elecciones en la Universidad de El Salvador ya han recorrido más de una semana desde la fecha en que este proceso inició, al margen de los resultados esperados por los militantes de las seis “formulas” en contienda.

Contrario al proceso en el que le tocó competir a la Doctora Maria Isabel Rodríguez, ahora resulta mas sencillo llegar a ser el Rector de la Universidad de El salvador, solo vasta conseguir un par de compañeros dispuestos a servir de comparsas para legitimar la contienda.

Es interesante observar como una supuesta fórmula proclama ganador solo al mas conocido en su facultad, es decir, en este proceso podemos presentar una terna que entre ellos pueden ser competidores, conozco de un caso en el que ganó el candidato a Rector de una fórmula y para Vicerrector ganó otro de una fórmula distinta (…) la situación se agrava cuando en el peor de los casos para llegar a ser Rector hay seis Precandidatos y para Vicerrectores hay doce precandidatos.

Lo anterior hace llegar al absurdo que podríamos llegar a tener un Rector con dos Vicerrectores opositores, contradiciendo el espíritu de la legislación universitaria con el agravante que aparecen opiniones legitimando la combinación de distintas fórmulas, esta claro que este argumento no repara en ninguna cuestión ética, y refleja una posición utilitaria del argumento legal.

Es previsible que con los escenarios así descritos nos esperan cuatro años de ingobernabilidad en la Universidad de El salvador, provocada por intereses personales que a costa de obtener lo que quieren no les importa la institución que tanto pregonan defender.

Con lo anterior también cabe preguntarnos y ¿Qué de los compromisos con algunos sectores que propiciarían el triunfo del candidato a Rector?, serán compartidos por los vicerrectores electos si para estos no se ha pactado nada? Definitivamente no.

Cabe aclarar que cuando me refiero al concepto compromisos estoy de acuerdo si estos son académico- científicos, de investigación, del desarrollo curricular, de ampliar la cobertura nacional con otras carreras, etc.

No se puede aceptar que el futuro Rector se comprometa con intereses foráneos o con partidos políticos de cualquier denominación o tendencia.

Por otra parte, con relación al número de votos necesarios para proclamarse ganador, los precandidatos solo deben acreditar cualquier mayoría poniéndose en riesgo la representatividad necesaria para llegar a ser Rector o Vice-rectores de la Universidad de El Salvador.

Con el escenario antes descrito es necesario que estas elecciones las tomemos como lecciones de lo que no se debe hacer para prevenir posibles situaciones futuras, no se trata de una inminente intervención del gobierno sino del ridículo que reflejamos ante la sociedad de no ponernos de acuerdo en aspectos sencillos, administrativos, académicos. etc.

También hagamos un llamado para reformular las reformas del Reglamento Electoral, para que esta legislación contribuya efectivamente a los intereses del desarrollo académico de la Universidad de El Salvador.