miércoles, 4 de junio de 2008

“No hay investigaciones que aseguren que el consumo de transgénicos no nos va a producir daño”

Por: Luis Alemán

La segunda Cátedra de Realidad Socioambiental del movimiento universitario “Juventud por el Medio Ambiente” se enfocó en la temática de los productos transgénicos, el pasado 27 de mayo.

“En el 2004 un estudio determinó que hay productos procesados que se comercializan sin etiqueta que diga que son transgénicos, como el pan blanco Bimbo, la galletas Chips-Ahoy o las sopas Maruchan”, denunció Diana Burgos, de la Red Ciudadana frente a los Transgénicos en El Salvador.

El artículo 28 de la ley de protección al consumidor establece el etiquetado de alimentos transgénicos y organismos genéticamente modificados, de acuerdo con la interpretación de la panelista.

Burgos, que representa a una organización de la sociedad civil conformada por unas 15 organizaciones sociales, entre productores, consumidores, medioambientalistas, indígenas, entre otros, explicó que a nivel mundial, entre los principales productos genéticamente modificados están la soya y el maíz.

La lista de los países productores de transgénicos la encabezan Estados Unidos, Argentina, Brasil y Canadá.

Incertidumbre
“Ya hay algunos estudios que determinan que los transgénicos pueden producir alergias y resistencia a antibióticos y no hay una investigación científica que diga que el consumo de transgénicos no nos va a producir daño”, señaló Diana Burgos.

El 30 de abril fue derogado el artículo 30 de la ley de semillas, que establecía la prohibición, importación, investigación y producción de semillas transgénicas en el país.

La semilla transgénica se ha asociado además a la contaminación genética de los cultivos nativos y pérdida de diversidad.

También se critica la infertilidad de estas semillas, lo que favorecería a las empresas productoras de éstas, como las transnacionales Monsanto, de Estados Unidos, la empresa comercializadora de semillas que controla la quinta parte (20%) del mercado mundial. Junto con Dupont y Syngenta logran controlar el 39% del mercado, con ganancias superiores a los $9, 000 millones de dólares anuales.

“Las personas a veces no saben que relaciones económicas y políticas existen detrás del tema alimentario, donde hay todo un movimiento de intereses bien fuerte que hay que conocer. Esto tiene que ver con la seguridad alimentaria que cada pueblo debe tener”, dice, al respecto, Roberto Vargas, estudiante de Agronomía de la UES y miembro de Juventud por el Medio Ambiente.

Legislación en el tema
Aunque en El Salvador existen algunos artículos en la Ley del Medio Ambiente, que hacen referencia a la bioseguridad, la Red ante los Transgénicos manifiesta vacíos legales en la temática.

Sin embargo, el país es firmante de instrumentos internacionales como el Protocolo de Cartagena y un Convenio de Diversidad Biológica, que establece el principio de precaución.

Hugo Ernesto Figueroa, Coordinador general de Juventud por el Medio Ambiente, quienes trabajan desde hace tres años, menciona que “el objetivo de este movimiento es abordar la problemática ambiental en todos los aspectos y como jóvenes universitarios dedicarse a realizar acciones y actividades que eduquen y fomenten la conciencia en la comunidad estudiantil de los problemas ambientales que nosotros sufrimos como sociedad salvadoreña y centroamericana”.

Para los universitarios interesados en formar parte del movimiento pueden llegar a la sede, ubicada en el tercer nivel del edificio de Rectoría, donde sesionan los martes a las 12:30 del medio día.